RHEMA CALVARY CENTRE
Si no predicas la Palabra de Gracia pura y no adulterada, las vidas nunca se transformarán radicalmente.
Esta declaración que Dios hizo al obispo Edwin Ewusie Brookman en el año 2000 transformó completamente la forma en que predicó y enseñó el Evangelio.
……Y así comenzó la revolución de la gracia.
El obispo Brookman estaba en Francia (París) y estaba tan bien en el ministerio cuando Dios le dijo que regresara a Ghana y promoviera la Revolución de la Gracia en 2012. Dios le dijo que no había estado predicando la Gracia en Ghana y le dio el mandato de predicar Gracia pura y sin adulterar. Esto significaba predicar sobre la Gracia de Dios sin intentar equilibrarlo o mezclarlo con la ley. Al desear ver a su congregación liberada, facultada y bendecida por el Señor, Edwin abrazó completamente el mandato de Dios y no ha mirado atrás desde entonces.
Creemos
-
En un Dios, que existe en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Él es amoroso, santo y justo. Que la Biblia es la Palabra de Dios. Es inspirado y preciso. Es nuestra guía perfecta en todos los asuntos de la vida.
-
Ese pecado nos ha separado a todos de Dios, y que solo a través de Jesucristo podemos ser.
-
Que Jesucristo es tanto Dios como Hombre. Fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Él llevó una vida sin pecado, tomó todos nuestros pecados sobre Él mismo, murió y resucitó. Hoy, Él está sentado a la diestra del Padre como nuestro Sumo Sacerdote y Mediador.
-
Esa salvación es el don de Dios al hombre. Este don es afectado por la gracia a través de la fe en Jesucristo y resulta en obras agradables a Dios.
-
Ese bautismo en agua es un símbolo del poder purificador de Dios y un testimonio de nuestra fe en el Señor Jesucristo.
-
Que el Espíritu Santo es nuestro Consolador. Él nos guía en todas las áreas de nuestras vidas. Él también nos bendice con dones espirituales y nos capacita para rendir el fruto del Espíritu.
-
Que la Santa Comunión es una celebración de la muerte de Jesús y nuestro recuerdo de Él.
-
Que Dios quiere transformar, sanar y proveer para nosotros, para que podamos vivir vidas bendecidas y victoriosas que impactarán y ayudarán a otros.
-
Que somos llamados a predicar el evangelio a todas las naciones.
-
Que nuestro Señor Jesucristo regresará tal como lo prometió.